¿Qué es la tos de las perreras?
La Traqueobronquítis infecciosa es una enfermedad respiratoria que afecta
a perros de todas las edades.
Antigua y actualmente conocida como tos de las perreras, se denominó así por ocurrir de manera frecuente en colectividades de animales (perreras, centros de adopción, y hoy en día, con alta incidencia en guarderías caninas).
Aunque hay veterinarios que lo equiparan a una gripe, has de saber, que ni se trata de una gripe, ni es lo mismo.
En este complejo respiratorio, suele intervenir más de un agente infeccioso, siendo, generalmente, de naturaleza vírica y bacteriana.
Habitualmente, afecta a nuestros perros durante todo el año, aunque la época en la que hay un mayor número de casos es la de otoño e invierno.
Ello es debido a que la humedad y el frío favorecen la transmisión de la enfermedad.
En mi experiencia tanto en el hospital, como en mi consulta, podemos atender entre tres y cuatro casos diarios en el caso de presentarse un brote de la enfermedad.
Antigua y actualmente conocida como tos de las perreras, se denominó así por ocurrir de manera frecuente en colectividades de animales (perreras, centros de adopción, y hoy en día, con alta incidencia en guarderías caninas).
Aunque hay veterinarios que lo equiparan a una gripe, has de saber, que ni se trata de una gripe, ni es lo mismo.
¿Qué la produce?
En este complejo respiratorio, suele intervenir más de un agente infeccioso, siendo, generalmente, de naturaleza vírica y bacteriana.
Para que os hagáis una idea, el agente bacteriano más comúnmente detectado es la Bordetella bronchiseptica y en segunda instancia Mycoplasma spp, mientras que los componentes virales más frecuentes son los virus de la parainfluenza y adenovirus canino tipo 2.
¿Cuáles son sus síntomas?
De manera general, los dueños lo calificáis con la frase "mi animal está resfriado", teniendo una sintomatología variable, desde ausencia de fiebre, tos leve, moderada a fiebre y tos seca intensa, eventualmente con mucosidad de color verdoso
Para concretar un poco, se caracteriza por episodios contínuos o intermitentes de tos, anorexia, depresión con posibilidad de desencadenar procesos más severos como neumonía y complicaciones en casos en los que curse con inmunosupresión o padezcan una patología previa.
Además, en algunos pacientes se aprecian nauseas y vómitos debido a la estimulación producida ante la tos continua e intensa que sufre el animal.
Para concretar un poco, se caracteriza por episodios contínuos o intermitentes de tos, anorexia, depresión con posibilidad de desencadenar procesos más severos como neumonía y complicaciones en casos en los que curse con inmunosupresión o padezcan una patología previa.
Además, en algunos pacientes se aprecian nauseas y vómitos debido a la estimulación producida ante la tos continua e intensa que sufre el animal.
¿Es más frecuente en alguna época del año?
Habitualmente, afecta a nuestros perros durante todo el año, aunque la época en la que hay un mayor número de casos es la de otoño e invierno.
Ello es debido a que la humedad y el frío favorecen la transmisión de la enfermedad.
En mi experiencia tanto en el hospital, como en mi consulta, podemos atender entre tres y cuatro casos diarios en el caso de presentarse un brote de la enfermedad.
¿Cómo la diagnosticará mi veterinario?
Normalmente, evaluando el cuadro clínico, provocando la tos al animal y realizando una auscultación torácica completa.
En ocasiones, el clínico decidirá realizar radiografías de tórax para descartar la existencia de patologías cardiovasculares o pulmonares asociadas o que causen un cuadro clínico similar.
¿Qué hago si a mi animal le diagnostican una tos de las perreras?
Generalmente, tu veterinario te prescribirá tratamiento sintomático que conste de antibiótico, antinflamatorio y en ocasiones, jarabes contra la tos.
Dicho tratamiento fluctúa mucho con la sintomatología del animal, pues dos animales con tos de las perreras pueden precisar de fármacos diferentes.
Además tendrás que aislar a tu perro de otros, propios o ajenos, ya que la tos de las perreras se transmite con las secrecciones y también por contacto por vía aerógena (lo que comúnmente llamamos "al toser").
¿Cuándo comenzarán a remitir los síntomas?
Los síntomas comienzan a remitir en la semana posterior al inicio del tratamiento, aunque pueden llegar a durar hasta dos semanas.
Por lo general tu veterinario te guiará con visitas semanales hasta que considere al animal completamente exento de enfermedad.
¿Puedo contagiarme?
La enfermedad raramente se contagia al ser humano, aunque personas con una inmunosupresión severa pueden sufrir ésta enfermedad.
¿Qué medidas puedo tomar en casa para facilitar la curación de mi can?
Para facilitar un ambiente propicio, podrás tomar algunas de las siguientes medidas:
- Humedece ligeramente el pienso para facilitar que coma mejor.
- Evita grandes fluctuaciones de temperatura y la exposición a temperaturas extremas.
- Deja que repose y evita situaciones de estrés. Limita el ejercicio físico de tu mascota durante éste periodo, pues el flujo del aire y la respiración acelerado, podría producir más tos a tu animal.
- Utiliza el arnes en lugar del collar. Recuerda que ante una traqueítis, cuanto más tires del collar más irritarás la garganta y más ataques de tos sufrirá tu animal.
- Evita fumar en casa para no fomentar una mayor irritación de garganta de nuestra mascota con el consecuente aumento de tos que propicia ésta situación
- Algunos veterinarios, recomiendan el uso de vaporizadores con eucalipto para calmar la tos, aunque no es estrictamente necesario.
- No te saltes la pauta de tratamiento que te ha indicado tu veterinario.
- Una de las preguntas que más me hacen en la consulta es si existe la posibilidad de bañar al perro mientras padece ésta enfermedad. Aunque no soy partidario de ello, puedes bañar a tu can, pero es imprescindible secar su manto muy bien. Haz lo mismo si os sorprende la lluvia paseándo.
- En caso de tener varios perros en casa, deberás aislar el can enfermo de aquellos que se encuentran hipotéticamente sanos.
¿Se puede prevenir?. ¿Existe vacunación?
Lo ideal es comenzar con la vacunación a partir de los 5 o 6 meses de edad -yo lo hago así para completar el calendario de vacunación, pero se puede administrar desde las tres semanas de vida- a través de una vacuna de administración intranasal (Nobivac KC, Intervet).
Ésta vacuna proporciona una protección parcial a partir de las 48 horas y una protección casi total a partir de las 72 horas.
La revacunación anual es muy importante para mantener la inmunidad, en animales que tengan una enfermedad cardiovascular (cardiomiopatía dilatada...) o respiratoria (bullas enfisematosas...), o en aquellos que tengan que pasar temporadas en guarderías caninas o residencias de animales, donde el alto número de perros favorece la transmisión de la enfermedad.
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