sábado, 3 de enero de 2015

Epilepsia en perros: ¿Qué debo hacer ante un ataque epiléptico?

La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso, debida a la aparición de actividad eléctrica anormal en la corteza cerebral y que provoca ataques repentinos que afectan gravemente a muchas de nuestras mascotas, causando convulsiones violentas y pérdida de conocimiento.

La clasificación de la epilepsia en medicina veterinaria se suele hacer en función de la causa e incluye:
  1. Epilepsia primaria o idiopática: aquella que no se produce ante una causa concreta o y que generalmente es de origen genético.
  2. Epilepsia secundaria o sintomática: aquella desencadenada por alguna causa identificable.
  3. Epilepsia criptogénica o criptógena: aquella en la que intuimos que hay una causa, pero aún no hemos llegado a un diagnóstico certero.



En el caso de la epilepsia idiopática con componente hereditario, parece estar relacionada con determinadas razas, siendo muy comun en San Bernardo, Beagle, Setter, Caniche, Pinscher y Basset Hound...





¿Cuándo aparece el primer episodio?

El primer ataque epiléptico se manifiesta entre los seis meses y los cuatro años de edad, habiendo de acudir al veterinario para que siga un protocolo diagnóstico y establezca un tratamiento para cada caso.






¿Qué etapas puede haber antes y durante un ataque epiléptico?

Generalmente constará de la siguientes etapas:
  1. Periodo prodrómico: es el periodo que precede al inicio de una crisis, y puede dura de unos segundos a días. Nuestra mascota puede esconderse, seguirnos o estar asustado o inquieto.
  2. Aura: es la sensación subjetiva que señala el inicio de la crisis, normalmente pasa desapercibida a los dueños a menos que el animal vomite, salive, orine o defeque justo antes del inicio de la crisis.
  3. Convulsión: contracción violenta, involuntaria y momentánea de uno o varios grupos musculares que provoca movimientos irregulares, localizadas o generalizadas por todo el cuerpo.
  4. Periodo postictial: es un comportamiento atípico inmediatamente posterior a la crisis, en el que el animal puede estar inmovil, inquieto, letárgico, confundido, ciego, sediento, hambriento..., y que puede durar de minutos a días.


Claves para el manejo de un ataque epiléptico

Para minimizar los efectos de un ataque epiléptico debemos:
  • Anticiparnos a su inicio siempre que se acompañe de periodo prodrómico o aura.
  • Conservar la calma al inicio del ataque y de ser posible situar al animal en una posición y lugar donde no pueda sufrir lesión alguna, colocándolo sobre una supeficie acolchada durante el ataque.
  • Administrar Valium -un relajante muscular- por vía rectal solo en caso de que el veterinario haya pautado éste tratamiento de urgencia.
  • Evitar sacar la lengua del can, pues el animal puede morder su lengua o incluso a la persona que ejerza ésta acción.
  • Al finalizar el ataque epiléptico, dejaremos que nuestro animal se recupere en un lugar tranquilo y con luz tenue.

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